Tras perder media mañana en la estación de tren de Hongquiao degustamos un exquisito pato laqueado. Con las panzas llenas nos armamos de paciencia en el fake market y visitamos la ciudad antigua. Terminamos la jornada paseando por el Bund con la silueta de Pudong omnipresente al otro lado del río.
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Hoy amanecemos temprano, pero la cosa se nos complica, queremos coger unos billetes de tren para visitar al día siguiente Huangzhou y para asegurarnos decidimos cogerlos en la propia estación de Hongquiao que está a sólo una horita del centro de Shanghai, buuuf y encima plena hora punta. Es en estos momentos cuando te das cuenta de las verdaderas dimensiones de esta ciudad, los vagones del metro hasta arriba y ríos de gente en los andenes, impresioante. Luego cuando llegas a la estación las dimensiones son titánicas, menuda pedazo de estación.
Después de hacer dos colas conseguimos que nos entiendan en inglés y nos llevamos los billetes de ida y vuelta en trenes rápido, tipo el AVE por unos 15 € ida y vuelta para un trayecto de unos 160 km que el tren hace en 50 minutos, awesome!! Pero ahora tenemos otra horita hasta West Najing Road, en fin, nos desquitamos comiendo en Ya Wan Da, o lo que es lo mismo, el restaurante con el mejor pato laqueado de la ciudad.
Bueno bueno, este restaurante quedará por mucho tiempo en nuestros paladares. A pesar del ambiente cutrecillo y poco cuidado la comida está para chuparse los dedos, pero el rey es el pato.
Lo hacen bien doradito, lo sacan y te lo trinchan delante para que troceado puedas catarlo con los palillos, luego los restos se los llevan dentro y preparan una sopa que no podía saber mejor. Menudo atracón!!
Si queréis ir a este sitio cuidado que está el letrero en chino, es el de la esquina y se sube al segundo piso del edificio, nosotros nos volvimos locos, entramos al edificio un par de veces a buscarlo, edificio que no tiene desperdicio, pensábamos que no salíamos de allí jeje
Con los estómagos bien llenos y a tope de moral nos dirigimos al Fake Market de West Nanjing Road. El aspecto es similar al centro de sastres, un vetusto centro comercial donde en cada puesto y a cada paso que das te ofrecen imitaciones de todo lo que se te ocurra.
La verdad que este sitio hay que visitarlo y me da que despertará tantos odios como pasiones, en nuestro caso que regatear nos quita mucha energía casi fue un suplicio y siempre acabas con la sensación de que te están timando, bien con el precio, bien con la calidad del producto o ambas. Nos resultó bastante estresante, como ejemplo queríamos llevarnos camisetas de fútbol para todo la cuadrilla y después de acordar el precio durante casi una hora de pelea continua al final cuando estamos cogiendo las tallas resulta que el pavo no tenía todas las camisetas que le habíamos pedido, en fin al final nos fuimos cabreados sin comprar apenas cosas y con pocas ganas de volver, porque para comprar bien hace falta dedicarle mucho tiempo y nuestro viaje está ya muy ajustado de por sí como para andar de compras, para eso te metes en privalia que son marcas auténticas a buen precio.
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La Ciudad Antigua |
Tras el chasco del fake market buscamos en metro la ciudad antigua y los jardines del Yu, pero para cuando llegamos está anocheciendo y tanto los jardines como la casa de té están cerrados, pero ya aprovechamos para visitar la parte vieja de la ciudad, que aunque llena de turistas y comercios tiene su encanto.
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El Bund de fondo con decenas de chicas bailando en plena calle una coreografía |
De aquí decidimos andar hasta el Bund para visitarlo como se merece y no de pasada como el primer día. De camino cruzamos varios parques donde la escena de repite, mujeres sobretodo bailando en la calle al son de canciones chinas a todo trapo, la verdad que es una escena curiosa, incluso es fácil ver karaokes callejeros con gente agolpándose para ver las actuaciones amateur y participar. Nos paramos en un parque a echar una cervecita, como no pasamos desapercibidos la amable señora nos cobra las cervezas a precio de España, en fin tienen estas cosas que la verdad te van quemando poco a poco, pero bueno por esta vez sonreiremos con el sable bien clavadito en la espalda.
Visitamos el Bund de noche de nuevo. Hoy es lunes y se nota que hay menos gente que el sábado. La verdad que tanto las vistas de Pudong como del Bund son preciosas.
Acabamos la caminata recorriendo Nanjing Road con sus carteles luminosos de fondo, y decidimos recogernos ya en el hotel que llevamos muchos kilómetros en las piernas y los días van pasando factura, no sin antes degustar una típica hamburguesa china ;)
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Nanjing Road |
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